Ganaderos de Tenerife: el alma del queso artesanal

29 de diciembre de 2025

Antes de que un queso llegue a tu mesa, pasan muchas cosas que no se ven. Y no hablamos solo de la maduración o del cuajo. Hablamos de personas que se levantan antes que el sol, de animales que no conocen los fines de semana, de paisajes que siguen vivos porque alguien los trabaja. En Tenerife, eso tiene nombre propio: los ganaderos.

No es postureo rural ni romanticismo para urbanitas. Es la realidad de quienes sostienen, desde el silencio, algo tan cotidiano como la leche. Sin ellos, los quesos artesanales que tanto celebramos en ferias, en restaurantes o en casa, simplemente no existirían. En nuestra quesería lo sabemos de primera mano. Cada pieza que elaboramos —fresca, curada, semicurada o ese requesón que nos piden incluso desde la península— empieza mucho antes, en las manos de quienes ordeñan con respeto y convicción.

Esto no es un homenaje. Es una explicación necesaria

A lo largo de este artículo vamos a explicar, con datos, ejemplos y algo de opinión, por qué la ganadería tradicional canaria merece estar en el centro de la conversación cuando hablamos de alimentación, sostenibilidad o futuro.

Vamos a contarte cómo trabajan los ganaderos de Tenerife, qué tiene de especial su leche, por qué el queso sabe distinto según quién lo produce y qué puedes hacer (sí, tú) para que esta historia no se apague. Esto va de territorio, de cultura, de economía real. Y también de sabor.

Sin ellos, no hay queso. Así de simple

El campo no es decorado. Es resistencia diaria

Hay quien idealiza el campo como un lugar bucólico, lleno de cabras felices y cielos despejados. La realidad es más cruda. Los ganaderos tinerfeños madrugan, llueva o truene. Alimentan, limpian, ordeñan, gestionan burocracia, resuelven averías y, si queda tiempo, duermen algo.

Según datos recientes del ISTAC, en 2024 seguían operativas más de 600 explotaciones caprinas y bovinas en la isla. Pequeñas, familiares, vulnerables ante la economía global... pero imprescindibles.

Leche de cabra de Tenerife: poco marketing, mucha calidad

La leche de cabra producida en Tenerife es, sin exagerar, una joya que aún no hemos sabido contar del todo bien. Rica en grasa buena, proteínas de fácil digestión, sin ese sabor agresivo que algunos temen por prejuicio. Las cabras canarias, especialmente las razas majorera y tinerfeña, están adaptadas al terreno y dan una leche que lo dice todo con una sola cucharada de requesón.

Mezclar vaca y cabra no es mezclar por mezclar

En nuestra quesería hacemos quesos de mezcla porque entendemos que cada tipo de leche tiene su personalidad. La de vaca suaviza, acaricia. La de cabra remueve, despierta. Juntas forman un equilibrio que solo se consigue cuando conoces bien la materia prima.

Y eso empieza en el corral, en el momento del ordeño, en el forraje que se elige. No hay receta sin ganadero.

Aquí puedes curiosear nuestras variedades de quesos mezcla, por si te interesa ver cómo se traduce esto en sabor.

Leche fresca, compromiso real

No usamos leche industrial, ni de polvos rehidratados, ni de origen incierto. Cada día recibimos leche fresca de ganaderías cercanas. No porque quede bien en redes sociales, sino porque es la base de todo lo que hacemos. Y porque creemos en esa relación de confianza donde todos ganan.

Lo que se nota (aunque no lo veas)

Cuando la leche es buena, el queso no necesita disfraz

Una buena materia prima lo es todo. Y se nota. En la textura que no empalaga, en el aroma que no necesita conservantes, en ese sabor que recuerda algo antiguo pero muy presente.

Procesos con ritmo humano

No tenemos robots afinadores. Tenemos manos. Seguimos una metodología tradicional: cuajo natural, volteo manual, maduración lenta. No corremos porque no hay razón para correr. Cada queso pide su tiempo y nosotros se lo damos.

El requesón: ese humilde gigante

A veces nos preguntan por qué cuidamos tanto el requesón, si es un "subproducto". Y la respuesta es simple: porque representa una filosofía. La de aprovechar, la de no despreciar lo que tiene valor, la de hacer bien incluso lo que otros no miran. Y sí, nuestro requesón gusta. Mucho.

Cómo apoyar sin necesidad de salir al monte

Comprar queso local no es solo comer bien

Es decir: "esto me importa". Es decidir que quieres que ese paisaje ganadero siga existiendo. Que esas personas puedan seguir viviendo de su oficio. Y que el sabor que conociste de niño siga estando ahí.

Aprender a mirar etiquetas (y a preguntar)

No te quedes con lo que pone el envoltorio. Busca el origen de la leche. Pregunta en la tienda. Visita la quesería. Mira quién está detrás. Y luego decide.

Comparte lo que sabes

Las pequeñas queserías no tienen departamento de publicidad. Pero tienen algo mejor: clientes que se convierten en aliados. Si pruebas algo bueno, cuéntalo. En redes, en casa, donde quieras.

Dudas frecuentes (y respuestas claras)

¿Queso industrial o artesanal?
El artesanal tiene sabor, trazabilidad y respeto. El industrial, estandarización. Tú decides.

¿La mezcla de leche es mejor?
Es diferente. Ni mejor ni peor. Más equilibrada, más compleja. Pruébala.

¿Se paga bien a los ganaderos?
Depende. En circuitos industriales, a menudo no. En queserías locales que trabajan con cabeza y corazón, sí. Porque es lo justo.

¿El requesón tiene futuro?
Tiene presente. Porque responde a lo que muchos buscan: sabor, salud, origen.

¿Se puede visitar la quesería?
Claro. Escríbenos. Nos encanta enseñar lo que hacemos.

Esto va de queso. Pero también va de ti

Si has llegado hasta aquí, gracias. Porque estás demostrando que te importa lo que hay detrás del alimento. Y eso, hoy, ya es mucho.

Los ganaderos de Tenerife no piden homenajes. Piden que su trabajo se valore. Que sus productos se elijan. Que sus historias no se olviden. Desde nuestra quesería, hacemos lo posible para que así sea.

Y tú, con una elección tan simple como un queso, puedes formar parte de esa cadena que conecta campo, sabor y futuro. No es poca cosa.